En junio, el mercado vivió una corrida de la deuda en pesos: los bonos se derrumbaron. Ahora, se enciende nuevamente un alerta. ¿Qué pasará con los bonos?
El Tesoro realizó el pasado viernes una nueva colocación de deuda y adjudicó $172.206 millones (que representa un valor efectivo de $165.866 millones) de los cuales el 26% estuvo representado por instrumentos nominales a tasa fija con vencimiento en 2022 y 2023 y el 74% restante, por otros con tasa variable con vencimiento en 2027. En esta licitación, afrontaba vencimientos por $162.091 millones, por lo que, desde Economía, resaltaron que el financiamiento neto fue cercano a los $33.500 millones. Pero, por estos días, hay algunos elementos que generan preocupación en el mercado sobre la sostenibilidad de la deuda en pesos y el principal de ellos es la incertidumbre política que existe hacia 2024, lo que podría dificultar la colocación de deuda a largo y mediano plazo.
En ese sentido, un informe de la consultora Ecolatina señaló hace unos días que, en el último mes, se redujo considerablemente el financiamiento neto en el mercado de deuda en pesos pese a que Economía ofrece mayores rendimientos y resolvió acortar los plazos de colocación. El reporte advirtió sobre la dinámica que muestran los títulos soberanos en el mercado secundario. Y, como dato preocupante, apunta que, el mes pasado, el financiamiento neto apenas superó los $39.000 millones, lo que llevó la tasa de colocación al 113% mensual.
«De tal forma, pese a la reducción en los vencimientos gracias al canje de agosto, se evidencia una considerable disminución del financiamiento neto en comparación con los meses previos: en el tercer trimestre las colocaciones más que duplicaron los vencimientos, promediando una tasa de rollover del 225%, prácticamente el doble que la evidenciada en octubre», reporta Ecolatina.
Ante esa dinámica, el mercado empieza a plantearse la pregunta de si habrá una nueva corrida al mercado de deuda en pesos, tal como sucedió en junio, tras la salida de Martín Guzmán, cuando los bonos CER se desplomaron y le demandaron al Banco Central (BCRA) desembolsos por $2 billones para salir a comprar y evitar que el derrumbe fuera total junto con la ANSES.
Recordemos que la deuda CER, que son instrumentos de inversión que ajustan su capital por inflación, tuvo su pico de alza en abril, cuando empezó a encarecerse mucho. Ahí, el mercado mostró rechazo a comprar papeles con vencimiento posterior a 2024 por temores a que el próximo gobierno se vea obligado a reestructurar. Así se inició el efecto dominó porque, con los precios en baja, se activan las cláusulas de cualquier fondo de inversión, que tiene que vender si un activo registra una fuerte pérdida.
En los últimos días, el BCRA debió salir a intervenir la curva de los bonos CER para sostener los precios en el mercado secundario y una crisis de deuda. Alrededor de $300.000 millones habría volcado la entidad con ese fin desde el 12 de octubre a la fecha. Y, aunque reconoce que lejos está de ser una situación tan crítica como la de mediados de año, el economista de EcoGo, Sebastián Menescaldi, advierte que eso refleja «que se está dando una pequeña corrida de deuda en pesos».
Deuda en pesos: las alertas que ve el mercado
Pero ese no es el único indicio que preocupa a los analistas por estos días. Desde la consultora Inceq, el economista Juan Pablo Albornoz, apunta que, en el mercado financiero, «vemos que los títulos CER se están parando en los tramos más cortos porque son los menos sensibles a cambios en los rendimientos». Así lo que señala es que los inversores eligen rollear la deuda mes a mes.
Y, por otra parte, apunta que «cuando uno mira el mercado de deuda en pesos, el principal miedo que aparece es que haya una nueva corrida». ¿Por qué? Porque $7 de cada $8 que tiene que pagar el Tesoro el año que viene están indexados y son muy difíciles de licuar.
Sin embargo, espera que «a medida que se vayan acercando la pared de vencimientos (en referencia al pago de rendimientos que el Gobierno deberá realizar el año que viene), el mercado siga apostando a esa deuda». Y es que señala que el cepo cambiario que rige hoy en Argentina los obliga a mantenerse en ese mercado. «No tienen adónde ir con esos pesos», advierte.
Asimismo, un elemento que funciona como garantía en este sentido es que casi la mitad de los garantes de la deuda en pesos son estatales (el BCRA y ANSES principalmente). «Y a eso se suma el hecho de que el BCRA dio una señal muy clara en junio de este año: que va a emitir todo lo que sea necesario para sostener la curva de la deuda en pesos porque eso no le afecta la meta de financiamiento monetario que le fijó el Fondo Monetario Internacional (FMI) ni tampoco la de reservas», asegura Albornoz.
Con todos estos elementos conjugándose en el mercado, Walter Morales, presidente de Wise Capital, concluye que es poco probable «que haya una corrida al mercado de deuda en pesos en el muy corto plazo».
¿Puede haber una nueva corrida de los bonos CER?
En tanto, para Menescaldi, el riesgo de que todos quieran salir del mercado de deuda existe y opina que «dependerá mucho lo que suceda de los incentivos que se implementen para que sigan participando los inversores». Sin embargo, para el año que viene, que será de elecciones, considera que dependerá mucho de si la política colabora o no colabora y las posibilidades que vean los inversores de una eventual reestructuración.
El gran problema, según Albornoz, es que hay un momento de vencimientos masivos el año que viene al que el Gobierno deberá hacer frente. Así, Morales advierte que «el problema va a estar el año próximo cuando el Tesoro comience a tener problemas para colocar deuda antes de las elecciones y se vea obligado a emitir instrumentos con vencimiento fin de 2023 o 2024».
Y, acá, nuevamente aparece la pata política, porque asegura que, «si la oposición no se compromete a pagar en tiempo y forma la deuda en caso de que asuman, es probable que al Gobierno se le complique rollear la deuda en 2023 y haya una nueva corrida al mercado de deuda en pesos».
Fuente: iprofesional.com