La inflación hoy no sólo es un grave problema doméstico sino de todo el mundo, y esto está afectando a los ahorristas argentinos que tienen dólares «debajo del colchón». De hecho, en los últimos 10 años estarían perdiendo un acumulado de 25% del poder de compra de sus billetes estadounidenses.
Este impacto para los ahorros personales en moneda extranjera se ve agravado con los datos que se acaban de publicar de inflación en Estados Unidos, debido a que sigue escalando y en marzo alcanzó su nivel más alto de los últimos 40 años.
En cifras, el índice de precios al consumo de marzo en dicho país mostró un aumento de 1,2% respecto al mes previo, y en el acumulado de los últimos 12 meses refleja un ascenso récord de 8,5%.
Claro, si se compara al 55% que suma Argentina en el mismo período parece un número bajo, pero lo cierto es que en escala «normal» significa un incremento preocupante para un país desarrollado.
Lo concreto es que el ahorrista argentino se ve seriamente afectado con esta escalada internacional de los precios, debido a que el poder de compra de su canuto verde pierde cada vez más valor por el menor poder adquisitivo que tiene el dólar en la economía norteamericana.
Dólar en mano, mal negocio
De esta manera, para analizar el pico máximo, si se toma la inflación acumulada desde 2010 hasta 2021, se puede apreciar que el poder de compra de u$s10 mil descendió a u$s7.809, mostrando una sumatoria de alza de precios durante ese plazo del 29% en Estados Unidos.
Ahora bien, el incremento de precios acumulado en EE.UU. en los últimos10 años (desde marzo 2012 a marzo 2022) es de 25,74%. Esto quiere decir que u$s10.000 de marzo del 2012 hoy equivalen a u$s7.952,75.
«En tanto, si lo proyectamos al ciclo 2011 y con las estimaciones del 2022, esa depreciación de ese caudal alcanzaría los u$s7.498″, dice a iProfesional Alfredo Romano, economista ypresidente de Romano Group.
Y completa: «La conclusión que podemos llegar es que los argentinos que confían en dejar los dólares en el colchón han perdido poder de compra y esto va a recrudecer en los próximos años a partir de una inflación más elevada en Estados Unidos».
Para Jorge Colina, economista de IDESA,le pega la inflación estadounidense «a los que tienen los ahorros en dólares debajo del colchón, porque ese capital inmovilizado no ofrece rendimiento y encima ese dinero pierde contra la inflación«.
En tanto, Andrés Salinas, investigador y docente de la Universidad de La Matanza, agrega: «El ahorrista argentino ya está acostumbrado a ahorrar en dólares debido a la debilidad histórica de la moneda del peso. Muchos creen que de esa forma pueden mantener el poder adquisitivo, el problema es que la gran mayoría de los ahorristas en dólares no suelen poner a trabajar los mismos».
Esto, según indica a iProfesional, se debe a dos factores: «Primero, está la pérdida de confianza en el sistema bancario, que se generó luego del corralito; y segundo, la falta de educación financiera. Un combo que hace que seamos de los países con más dólares en el colchón».
Entonces, sostiene que el problema afecta a los argentinos en mayor grado, porque si se conservan los pesos también se sale perdiendo en una proporción mucho mayor frente al avance de la inflación.
«Lamentablemente, el ahorrista, y más el argentino, cada vez tiene que informarse y moverse más para poder mantener el poder de compra. Es que con la educación el miedo disminuye y la rentabilidad aumenta», concluye Salinas.
Golpe de la inflación en EE.UU. en Argentina
Al mismo tiempo, Colina completa que el alza de precios en Norteamérica también afecta al estado nacional argentino, ya que «le va a ´pegar´ a la tasa de interés, porque la forma más rápida de frenar una inflación creciente es subir la tasa. Entonces, los bonos argentinos disminuirán de precio».
A ello, Salinas suma: «Primero que nada, un aumento de la tasa de interés es un aumento del costo del dinero, es decir, que si Argentina precisa salir a financiarse en dólares deberá pagar más. Entonces, si bien Guzmán ya aclaró que no va a contraer deuda puramente en dólares, es válido aclarar el punto. Igualmente, si quiere captar fondos en moneda local deberá pagar una mayor rentabilidad, ya que el inversor ahora tiene un mayor incentivo a desarmar su cartera e irse a dólares».
En este tema, Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso, completa:»Ahora la Argentina tiene una moneda muy débil que es desplazada por el dólar, ya que su valor cae más deprisa que el billete estadounidense, y no posee un Banco Central que cumpla una de sus funciones básicas, que es defender el valor de la moneda. No se observa que esta dinámica cambie. La gente va a seguir ahorrando en dólares».
Por lo tanto, concluye que es posible que, de no revertirse la corrosión del valor del dólar, «las personas se volverán a volcar a un activo más seguro, como el oro, pero por el momento sería prudente».
Es que, según Motyl, la decisión de la Fed de subir las tasas de interés y la caída en los mercados de activos más volátiles, sugieren que desprenderse de los dólares «hoy no es opción».
Índice de precios en Estados Unidos
En el mientras tanto, la tendencia alcista de la inflación en Estados Unidos preocupa al mundo, debido a que refleja que también en distintos países se está viviendo una escalada de precios que ya es de las más elevadas en décadas.
«El dato de inflación del mes de marzo de EE.UU. estuvo en boca de todos ya que marcó otro hito en la historia del país. Los precios al consumidor aumentaron 8,5% respecto del año anterior, este incremento es el más alto de los últimos 40 años», introduce Salinas.
Y agrega: «El mismo obedece a la combinación de una serie de factores: inyecciones de gasto público con tasas de interés bajas produjeron un aumento de la demanda en los últimos años. Por otro lado, el aumento de los precios de la gasolina, producto del conflicto entre Rusia y Ucrania, se traduce en un aumento de los costos de transporte de los alimentos, los cuales terminan trasladándose al consumidor final. Y también está el aumento de los costos de la vivienda, ya que estos últimos representan un tercio del índice».
Entonces, para Salinas, uno de los problemas de todo esto son las «expectativas a futuro», debido a que si se miran las proyecciones para los próximos 12 meses, las estimaciones se elevaron a una inflación de 6,6%.
«Esto lleva a un espiral de precios y salarios, trabajadores piden subas salariales y empresas aumentan sus precios ya que el salario es parte de su costo. En base a esto, la FED seguramente aumentará las tasas de interés en los siguientes meses para poder enfriar la economía», finaliza Salinas.
Para Claudio Caprarulo, economista principal de Analytica Consultores, el dato de inflación de Estados Unidos es récord para este milenio. La aceleración inflacionaria, que comenzó a evidenciarse en marzo del año pasado, tuvo su raíz en los desequilibrios entre una pujante demanda de bienes por la normalización de la actividad y una oferta con dificultades para retornar los niveles previos a la pandemia, principalmente, por la dificultad para conseguir insumos básicos del comercio internacional».
Y concluye: «Este fenómeno, que mostró ser más permanente que transitorio, se agravó en los últimos dos meses con las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, principalmente, a través del costo de la energía y los fletes internacionales».
De este modo, destaca que no son novedad que algunas de las subas más importantes se hayan dado en nafta (70,1%), gas (21,6%) y alimentos domésticos (10%).
En cuanto a la normalización de estos desfasajes, para Motyl, «es cierto que hay un componente transitorio que se disiparía una vez que el mercado vuelva a un equilibrio, pero el componente permanente está siendo atacado por la Fed con el tapering: sacar la liquidez inicial y elevar las tasas de interés. Y más allá del shock energético que provocaría un impacto sobre los precios, esa política monetaria más prudente podría bajar las presiones inflacionarias en Estados Unidos en el mediano plazo».-
Fuente: https://www.iprofesional.com/