Alerta en el mercado: a solo una semana de las elecciones, los inversores definen cómo esperarán el resultado

Llegamos a la última semana previa a las elecciones en un contexto de crisis total. La inflación de septiembre aceleró nuevamente rompiendo otro récord desde la última hiperinflación marcando 12.7% mensual. Una vez más los rubros «alimentos y bebidas» (14.3%) como «prendas de vestir y calzado» (15.7%) son los que empujan hacia arriba al índice. Son precisamente estos rubros los que más afectan los bolsillos de los que menos tienen.

Una vez conocido el dato, el BCRA decidió subir la tasa de política monetaria junto a la de los plazos fijos a 30 días, de 118% TNA a 133% TNA (10.93% TEM). Decisión que llega tarde y que debería haberse tomado hace un mes cuando la inflación de agosto marcó el 12.4%. En ese momento no se modificó la misma dado que la entidad reguladora estimó que esa inflación era transitoria y producto de la devaluación posterior a las PASO. Su análisis fue errado y la inflación lejos de desacelerar siguió su carrera ascendente. En los últimos 2 meses hemos sufrido una suba de precios del 26.7% lo que implica que el traslado a precios de la devaluación fue total.

Esta falta de respuesta del BCRA permitió vivir en las últimas semanas una corrida contra el peso que afectó tanto a la deuda pública en moneda local como también a los plazos fijos que bajan un 13.5% en términos reales desde fines de agosto.

Son precisamente esos pesos los que se utilizan para ir al dólar. Hemos visto que el BLUE ha superado los $1.000 para cerrar el jueves en $980. El CCL y el MEP no se quedaron atrás y terminaron en $ 959 y $ 870 respectivamente. Se trata de una suba de 30% en el último mes y de hasta 180% durante este 2023 que aún no termina.

La caída de las reservas

En septiembre, el BCRA ganaba dólares en el mercado de cambios y perdía en el financiero intentando controlar la brecha, en agosto pierde en ambos. En solo 2 semanas las reservas bajaron u$s1.700 millones.

Ante este escenario, el gobierno desplegó distintas medidas. Además de la suba de tasas mencionadas, la CNV volvió a cambiar el parking para empresas que pasó a ser de 5 días hábiles y que además deberán avisar antes de hacer una operación. Eso hace que para esta semana, que es solamente de 4 días, toda operación de MEP de estas empresas quede para después de las elecciones.

Medidas del Gobierno previas a las elecciones

Adicionalmente, decidió salir a la calle con la AFIP intentando generar temor en quienes operan en este mercado. Si quieren combatir a las cuevas por ser una actividad no aprobada está bien, pero cerrar las cuevas para evitar que suba el dólar es como clausurar las carnicerías para evitar que suba la carne.

La posibilidad de estabilizar la situación con estas medidas son escasas, por no decir nulas. Un gobierno sin credibilidad y a pocas semanas de terminar su mandato tampoco está en condiciones de trabajar sobre las expectativas con promesas de correcciones con implementación a futuro. La volatilidad se mantendrá durante esta semana y los inversores deberán decidir cómo esperarán el resultado del próximo domingo.

No se trata de una decisión sencilla dado que más allá de las encuestas conocidas el mercado no parece haber descontado ningún resultado y el próximo lunes podemos tener movimientos importantes según como salga el proceso electoral.

Hasta ahora, las acciones argentinas han sido una buena cobertura tanto contra la inflación como así también contra la suba del dólar. En los últimos días, vimos que los bonos hard dollar lograron encontrar cierto piso y los fondos dollar linked han tenido suscripciones netas por $188.000 millones en los últimos 30 días. Los grandes perdedores han sido la deuda en moneda local tanto a tasa fija como variable como así también los bonos CER.

Luego del resultado de las elecciones se debe buscar dar mayor certidumbre sobre el futuro; seguir en esta dinámica se hace insostenible. Más allá de existir segunda vuelta o no, se deberán buscar anclas para estabilizar nuestra moneda. Los riesgos de no hacerlo implica acelerar, no solo la suba del dólar, sino también de la inflación. En un país con más de 40% de pobres este nivel de inflación o mayor no se reduce a que suben los precios nada más, sino que se está al borde de un estallido social. Y aún si el estallido se produce en este gobierno las consecuencias impactarán de lleno en el inicio de la próxima gestión pudiendo condicionar fuertemente la misma.

Comienza una semana corta pero difícil, que de no primar la cordura por parte de todos los protagonistas podría trasladarse a meses de inestabilidad económica, política y social.

 

Fuente: iprofesional.com

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