La semana pasada hemos visto una fuerte baja del mercado americano que ya se encuentra entre 18% y 30% abajo desde el comienzo del año dependiendo de que índice miremos. Mientras el Dow Jones baja un 18% el S&P 500 lo hace en un 22% y el Nasdaq llega a un 30% de caída.

Para entender lo que sucede y que es lo que podrá pasar tenemos que poner en contexto la actual situación de la bolsa en Estados Unidos.

Los mercados vienen viviendo un gran ciclo alcista desde el 2008 donde los valores de los índices se han más que quintuplicado. Gran parte de esta suba fue producto de los distintos programas que llevó adelante la FED donde inyectaban liquidez mediante la compra de activos juntamente a tasas realmente bajas que impulsaron la economía.

Ya hace un tiempo la FED comenzó a plantear la posibilidad de desarmar esas compras ya que el mercado había recuperado su fuerza y estableció un cronograma para llevarlo adelante. Hasta ahí todo marchaba bien, el mercado sabía que eso podría impactarlo pero entendía que no sería grave para las cotizantes. El problema es que en medio de esto se coló la inflación.

Los efectos de la inflación 

 

Una inflación que al principio era subestimada por la FED, todos recordamos que más de una vez declaró que veía a la misma como transitoria, pero que en la práctica dejó que la misma pase de menos del 2% a más del 8%. Inflación que se produjo a partir de la brutal emisión de dinero realizada durante la pandemia para mitigar sus efectos mientras caída, por la misma pandemia, la actividad no solo en Estados Unidos sino a nivel mundial. De hecho este escenario de alta inflación desgraciadamente se replica en las principales economías del mundo y por los mismos motivos.

Aunque tarde la FED comenzó a reaccionar y a subir la tasa para controlar la inflación, esta semana vimos una nueva suba de 75 puntos básicos y aún quedan 2 reuniones más en el año que seguramente lleven a la tasa americana arriba del 4%. La pregunta que se hace el mercado es si eso será suficiente para controlar la inflación y volver al objetivo del 2% anual. La respuesta es que probablemente no.

El ciclo alcista de 14 años ha llegado a su fin, un nuevo escenario se impone en los mercados

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Ahora bien, ¿qué significa para los mercados accionarios que suban las tasas? Hay que entender que la economía americana se apoya mucho en el crédito para sostener su consumo. Si el crédito se encarece, eso es lo que implica una suba de tasas, el consumidor deberá destinar más dinero a pagar los intereses de sus financiaciones y dispondrá de menos dinero para sus gastos. Como ejemplo podemos mencionar que esta semana las tasas de las hipotecas llegaron el 6.9%, la más alta desde el 2008. Entonces más tasas en una economía fuertemente endeudada será más fondos destinados a cubrir las necesidades financieras y menos para el consumo, menos consumo implicará menores ventas por parte de las empresas y menos ventas provocará caídas en las ganancias. Una empresa que gana menos tiende, por lo general, a valer menos y allí encontramos el porqué de la reacción de los inversionistas a la suba de tasas.

Lo que el mercado parece empezar a entender es que esta dinámica se encuentra lejos de terminar. La verdad es que con una inflación superior al 8% y una tasa en 3.25% luego de la emisión vivida, parece que estamos lejos de volver a encauzar a la inflación dentro del sendero bajista que la lleve al 2% objetivo. Este panorama no se limita solamente a Estados Unidos, que ya sería bastante importante dado que es la locomotora económica mundial, sino que el resto de las principales economías mundiales está en una situación igual o peor dado que la brecha entre inflación y tasas es aún mayor.

Inflación de EE.UU.: por qué no comenzó el proceso de desaceleración 

Por lo tanto la inflación no solo está lejos del objetivo del 2% planteado por la FED sino que no se ve aún que haya comenzado el proceso de desaceleración necesario, las tasas de interés seguirán subiendo en lo que resta del año y seguramente en el 2024 también. Esto provocará una caída en el consumo que probablemente empuje a los Estados Unidos a una recesión, que esperemos sea breve, y como resultado tendremos malos balances de las compañías cotizantes.

En este contexto podemos aventurar que el ciclo alcista que lleva 14 años ha terminado y que enfrentaremos uno bajista. Su duración y profundidad dependerá del tiempo que le lleve a la FED controlar la inflación y devolverla al valor objetivo. En el medio veremos un dólar más fuerte, valores de materias primas más bajos y el resto de los mercados mundiales en situación más delicada. Será un escenario desafiante para los inversores pero lleno de nuevas oportunidades.

 

Fuente: iprofesional.com