Negociaciones urgentes para ampliar el swap y conversaciones más complejas con el Fondo y con Brasil. ¿Podrá Alberto Fernández ablandar a Lula?

Sergio Massa recorrió casi 19.000 kilómetros para traerse billetes y también promesas desde China: la ampliación de swap de monedas ya es un hecho y lo único que queda por definir es el monto final que el banco central chino aceptará ampliar en los próximos meses.

El ministro de Economía intentará llevar a u$s10.000 millones esa activación, el doble permitido hasta ahora. La habilitación de yuanes para el comercio internacional entre ambos países fue clave para sostener la actividad de varios sectores económicos que, de otra forma, se hubieran perjudicado por la persistente escasez de dólares.

Hasta la semana pasada, ya se habían aprobado importaciones en yuanes por u$s2.157 millones, casi la mitad de los u$s5.000 millones ya autorizados. Como el saldo restante se va a consumir en las próximas semanas, ahora Economía pretende activar otros u$s5.000  millones.

Antes de la partida de Massa, aún no estaba definido el monto final que se acordará con el Banco Central chino. Desde el equipo económico afirmaban que ya tenían un piso asegurado de u$s3.000 millones adicionales.

Para tener una idea sobre el podio de lo que más se aprobó: los primeros u$s2.157 millones en importaciones ya autorizadas, un total de u$s762 millones correspondían al sector de electrónicos. Otros u$s304 millones, a productos eléctricos. Y u$s 222 millones en maquinarias.

El Gobierno ya dejó en claro que, ante la escasez de dólares, las importaciones en yuanes tienen trato privilegiado y las aprobaciones de SIRAs se otorgan en pocas semanas.

Massa, sin dólares del FMI: luz amarilla en el semáforo

Así como la relación del Gobierno con China viene fluyendo, lo contrario es lo que -al menos por ahora- sucede con el Fondo Monetario.

El organismo viene dando cuenta de la continuidad de las negociaciones con la Argentina, a pesar de los últimos incumplimientos, pero no hay ninguna definición sobre el reclamo del Gobierno para lograr un adelantamiento de los desembolsos previstos para la segunda parte de este año.

Desde el equipo económico admiten que el staff del FMI está muy duro en su posición contraria a esa flexibilidad, y apuestan a que una jugada política de último momento logre esa medida.

Hay una fecha límite para esta demora: el próximo 22 de junio, la Argentina debería pagar un vencimiento de u$s2.300 millones al organismo. Un monto que luce imposible de abonar, dada la extrema fragilidad de las reservas del BCRA.

Para lograr el guiño del Fondo, el Gobierno planteó una fuerte reducción de los subsidios -tanto a las tarifas de luz y gas como al transporte público en el AMBA- y también un recorte de la obra pública.

¿Alcanzará para «sensibilizar» al staff? La cuestión es urgente y desde el equipo económico no bajan los brazos.

Igualmente, en el mejor de los casos, que el FMI desembolse dinero para pagar sus propios vencimientos no solucionaría la extrema dificultad que tiene el país en materia de divisas. La clave será saber si el organismo permite que el Gobierno utilice una porción de esos recursos para intervenir en el mercado cambiario, algo prohibido por los acuerdos pero que el propio Massa usó a partir de la última corrida.

Si, como suponen en el gabinete, los dólares que envíe el FMI quedan encajados en el Banco Central y no sirven para estabilizar el mercado cambiario, entonces la utilidad de ese dinero será muy limitada y no desactivaba una eventual corrida cambiaria en medio de la campaña electoral.

 

Sorpresa por la luz roja: Lula y Brasil, en la mira

Desde principios de año, Alberto Fernández y Massa tuvieron la íntima convicción de que la asunción de Lula da Silva en Brasil ablandaría la férrea posición de Jair Bolsonaro, y habilitaría una ayuda a la Argentina.

Lula y Fernández mantienen una relación de amistad histórica, que se reforzará esta misma semana cuando el presidente argentino vuelva a visitarlo en Brasilia. Será el tercer viaje desde que el brasileño volvió a asumir la primera magistratura.

Sin embargo, esa buena onda no se verifica en los papeles, cuando se cuentan los billetes.

Ninguna de las iniciativas se pudieron cumplir: ni el swap de monedas, ni la cesión de DEGs que el Banco Central de Brasil no utiliza ni un crédito puente, ni menos la creación de una moneda común para el comercio bilateral.

De acuerdo a fuentes oficiales argentinas, Lula se encuentra muy limitado por funcionarios de la administración de Bolsonaro que permanecen en puestos clave del Estado. El más destacado es Roberto de Oliveira Campos Neto, titular del Banco Central en el vecino país.

Por otra parte, es cierto que Lula tiene una posición muy peleada en el Parlamento, lo que le pone barreras a los proyectos.

En este contexto, la apuesta para pasar el semáforo de rojo a verde pasa por lo que pueda hacer Dilma Rousseff a partir de mañana en China. La brasileña preside el banco de los BRICS, desde donde se negocia la emisión de garantías para que el BNDES brasileño pueda otorgar financiamiento a la Argentina.

La última ficha que se juega Massa para desbloquear un tramo adicional de dólares, que sirvan para evitar un nuevo colapso de la economía.

 

Fuente: iprofesional.com