Como anticipamos, subió la inflación esperada: el consenso del mercado revisó al alza su proyección al 126% anual para 2023, 16 puntos más que lo proyectado en marzo. Además, la inflación no bajaría del 7% mensual en los próximos seis meses.
La expectativa para el año entrante también se corrigió al alza (107% anual), pero la clave está en la dinámica: el mercado ve una inflación acelerándose a casi 150% anual hacia mediados del 2024. ¿Llegó la hora de sincerar el tipo de cambio oficial y precios regulados (energía, transporte)? La magnitud y velocidad del ajuste son desconocidos, pero con certeza la economía tarde o temprano soltará inflación reprimida.
¿Volvió el optimismo del segundo semestre? El mercado asume que la inflación se desacelerará en la segunda mitad del 2024. ¿Es posible? Como todo en economía, «depende». En mi opinión luce muy optimista y difícil. Dependerá del éxito que tenga el necesario plan de estabilización que deberá afrontar el país y, crucialmente, la magnitud de la herencia recibida.
A continuación, el «semáforo» económico y financiero de la semana:
Luces rojas: inflación y reservas
La herencia en materia de precios sigue complicándose. Hoy se conocerá el IPC de CABA y el viernes la inflación nacional de abril. ¿Casi ocho? Todas las mediciones privadas se ubicaron arriba del 7% y los precios de los alimentos se siguen picando, el factor más doloroso para el bolsillo. La reciente escalada de los dólares gatilló remarcaciones de precios que deberían impactar en el registro abril. Caso contrario, habrá que hacerle marca personal al informe de mayo. La última vez que al Gobierno se le escapó la brecha (junio-julio 2022) la inflación trimestral saltó de 90% a 120% anualizado. La corrida de abril ya nos agarró con una inflación corriendo al 120% anualizado: ¿sube otro escalón la inflación? Esperemos que no.
Las reservas netas están al límite y bajo la metodología del FMI ya son negativas. Mientras que al Banco Central le quedan aproximadamente 1300 millones (M) de DEGs, en junio hay vencimientos con el Fondo por más de 2000. No alcanza la caja para pagar y la oferta de dólares, sequía mediante, sigue fuertemente afectada. Trascendió que el Gobierno quiere adelantar desembolsos futuros. No nos engañemos: el país no tiene un problema de timing en los desembolsos, tiene un problema de flujo. ¿Qué quiere decir esto? A diferencia del 2022, este año los desembolsos que nos baja el Fondo son menores a los vencimientos que tenemos que saldar. Adelantar desembolsos ya previstos traerá oxígeno de cortísimo plazo a las reservas, pero guarda con la gambeta: las mismas dudas volverán recargadas. Ahora bien, si el Gobierno consigue financiamiento adicional es otro cantar. Allí está la clave.
Luces amarillas: industria y construcción
El miércoles el INDEC publicará la actividad de la construcción y de la industria manufacturera de marzo. La construcción perdió dinamismo en el primer bimestre (-4,6% enero-febrero 2022) y según Construya también se resintió en marzo, a pesar de que los despachos de cemento anduvieron bien según AFCP. Hasta marzo, con el dólar blue todavía relativamente calmo, el costo de la construcción no era tan alentador como en otros momentos: si tomamos el índice que elabora el INDEC y lo medimos en dólar blue, contra el 2021 los materiales se encarecieron en promedio un 16% en dólares billete (+40% vs 2020).
Respecto de la industria, según FIEL la actividad cayó un 0,7% mensual desestacionalizado en marzo, principalmente por Metalmecánica y Químicos y Plásticos. La producción automotriz trae algo de optimismo: en el primer trimestre se produjeron casi 30.000 unidades más que en el primer trimestre del 2022 (ganan peso los vehículos destinados a la exportación).
Luz verde: plazos fijos y dólar MEP
El Banco Central publicará hoy el informe monetario mensual de abril. Los plazos fijos privados tuvieron una buena performance en abril: el stock promedio mensual creció un 8,7% versus marzo sin desestacionalizar, corriendo por encima de la inflación y del crecimiento «endógeno» que genera el mero devengamiento de intereses. Con la suba de tasas, un plazo fijo minorista a 30 días rinde 7,48%. Un mayorista rinde 7,03% mensual.
Los riesgos del hacer tasa en pesos, el mal llamado carry trade, son muy altos. Sin embargo, el Gobierno dejó en claro nuevamente que tratará de contener la brecha «como sea». Intervenciones mediante, volvió la «brecha de la brecha»: el dólar implícito en acciones, CEDEARs y los negociados en SENEBI (el mercado OTC de la bolsa local, similar al blue pero legal) supera al MEP que surge de la operatoria de los bonos más habituales (GD30, AL30). Ese MEP ronda los $433. Si pensás que al 7 de junio el billete va a costar menos de $465, rendiría más un plazo fijo… aunque no se qué tan tranquilo dormirías.