El Gobierno alemán ha anunciado un plan para amortiguar el impacto social de la inflación. Aumentará las desgravaciones en los próximos dos años y elevará el nivel de las rentas a las que aplica el tipo máximo. La oposición afirma que «se queda corto».

El canciller Olaf Scholz y el ministro de economía Christian Lindnerse dan la mano en la reunión semanal del gabinete federal alemán
El canciller Olaf Scholz y el ministro de economía Christian Lindnerse dan la mano en la reunión semanal del gabinete federal alemánCLEMENS BILANEFE

El ministro alemán de Economía, el liberal Christian Lindner, ha anunciado un plan de 10.000 millones de euros para paliar el efecto generalizado de la inflación que, por razones distintas, no convence ni a sus socios de gobierno ni a las asociaciones de contribuyentes. Lindner prevé ampliar las desgravaciones fiscales, las prestaciones por hijos, y modificar el tipo impositivo. Sin embargo, las medidas entrarían en vigor el año próximo.

«Los pensionistas, los empleados sujetos a las contribuciones de la seguridad social, los autónomos: las personas de todo el espectro de la sociedad se verán beneficiadas», subrayó el ministro al anunciar un plan que deberá ser negociado aún con los socios mayoritarios de la formación de Gobierno, el Partido Socialdemócata (SPD) y los Verdes. La reacción de ambos partidos a la propuesta de Lindner ha sido escéptica.

Lindner, el ministro con menos perfil de la coalición y el que más obligado está a marcar perfil tras las debacles electorales sufrida por su partido en las elecciones regionales recientes, pretende en primer término ajustar la escala del impuesto sobre la renta. Propone aumentar la desgravación básica, es decir, los ingresos hasta los que no hay que pagar impuestos de los 10.347 euros actuales a 10.632 euros en el próximo año y a 10.932 euros en 2024. También se desplazarán otros valores clave de la escala de impuestos. Por ejemplo, el tipo impositivo máximo del 42% sólo se aplicará a las rentas imponibles de 61.972 euros en el próximo año y de 63.515 euros en 2024. El límite del tipo impositivo para los ricos, el 45%, no se tocaría porque el ministro no considera necesaria una desgravación adicional en este tramo de ingresos.

En términos porcentuales, las rentas bajas se beneficiarán más que las rentas altas, pero en cifras absolutas la situación es diferente. Así, un ciudadano con una renta imponible de 20.000 euros pagará 115 euros menos en impuestos el próximo año. Con unos ingresos de 60.000 euros, la desgravación ascenderá ya a 471 euros, según datos del Ministerio de Hacienda. Las rentas aún más altas, tienen un tope de 479 euros.

Además de un ajuste del tipo impositivo, Lidner pretende aumentar las prestaciones por hijos y el subsidio por hijos. Las prestaciones por hijos se incrementarán en dos etapas y también se unificarán. El año que viene, el primer, segundo y tercer hijo recibirán 227 euros al mes cada uno frente a los 219 actuales. En 2024, las tarifas del primer al tercer hijo volverán a aumentar, hasta los 233 euros.

La tasa de inflación en Alemania ha aumentado considerablemente, sobre todo por la subida de los precios de la energía. En julio, se mantuvo por encima del 7% . «La vida cotidiana se ha vuelto mucho más cara y la perspectivas económicas más frágiles. Hay que actuar», sostiene el ministro.

Su objetivo es frenar la llamada progresión fría o «subida secreta de impuestos», cuando la inflación hace disminuir el poder adquisitivo con impuestos igualmente altos y los aumentos salariales son devorados directamente por la carestía de precios. «La idea del derecho fiscal es que los hombros fuertes soporten más que los estrechos», dijo Lindner. «Pero debido a la tendencia a la inflación, las personas cuyos hombros no se han ensanchado en absoluto son, sin embargo, empujadas hacia arriba en la escala de impuestos y cargadas». Por tanto, la reforma es urgente si el Estado no quiere aumentar secretamente los impuestos para muchos»

Los Verdes y el SPD consideran la propuesta es socialmente desequilibrada. Para Andreas Audretsch, líder adjunto del Partido Verde, «las rentas más altas se beneficiarán tres veces más que las personas con rentas pequeñas y eso es algo que su partido no puede apoyar». Achim Post, vicepresidente del grupo parlamentario del SPD, opina lo mismo. Cree, además, que «el desmantelamiento completo de la llamada progresión en frío sería, «extremadamente costoso y cualquier cosa menos selectivo, en la actual fase de alta inflación.

Por su parte, el portavoz de política financiera del Partido de la Izquierda en el Bundestag, Christian Görke, calificó de «broma» el plan fiscal de Lindner. El 70% de la población más baja se quedaría con las manos casi vacías, ya que apenas paga impuestos sobre la renta. «Por tanto, una reducción sólo les ayuda mínimamente. En términos absolutos, los que más ganan son los que más se benefician con la propuesta de Lindner».

La Confederación Alemana de Sindicatos (DGB) también rechaza las propuestas de Lindner. El concepto fiscal de Lindner «se queda muy corto», dijo el miembro del Consejo Ejecutivo de la DGB Stefan Körzell. Para que las pequeñas y medianas rentas se vean suficientemente aliviadas, la cuantía básica exenta de impuestos tendría que ascender a 12.800 euros. «En cambio, se benefician los que más ganan y los ricos, aunque tienen muchos menos problemas para afrontar la actual subida de precios», criticó Körzell.

En opinión de la DGB, la eliminación de la progresión en frío por sí sola no es la clave para una mayor justicia fiscal, como subrayó Körzell. «Necesitamos una reducción de impuestos para las amplias masas. Solo eso mejorará la situación de los hogares y no ahogara a los municipios, ya sobre endeudados, y que son los que deberán deben asumir el 15% de los costes. No habrá dinero para invertir en educación, infraestructuras y protección del clima», dijo Körzell. «Eso no encaja en absoluto».

La Asociación de Contribuyente cree que los planes de Lindner se quedan cortos. «No se trata de un verdadero paquete de alivio, sino sólo de una compensación parcial de la elevadísima carga», dijo el Presidente Reiner Holznagel. Además, no sólo hay una voluntad política detrás, sino sobre todo una obligación legal. Al fin y al cabo, las desgravaciones fiscales para niños y adultos en el impuesto sobre la renta tendrían que ajustarse por ley al aumento de precios.