Sergio Massa quiere subirse a la ola positiva que viene evidenciando el mercado bursátil, que se confirmó en la primera rueda tras su confirmación como candidato presidencial por el oficialismo, y en las próximas jornadas habrá medidas para distintos sectores de la economía y, muy probablemente, una convocatoria amplia a empresarios y a la CGT, con el objetivo de garantizar la estabilidad de la economía de acá hasta fin de año.

El ministro, quedó demostrado durante la reunión de gabinete económico, ayer lunes por la mañana en el Palacio de Hacienda, pretende convertir su propia gestión en el motor de la campaña presidencial.

Como no había sucedido durante su gestión, desde agosto del año pasado, hubo un despliegue total de sus funcionarios. Por la tarde compartió un acto con la vicepresidenta, Cristina Kirchner. E incluso se baraja la posibilidad de una conferencia de prensa, algo que hasta ahora Massa evitó.

En la primera jornada tras el anuncio de Massa candidato, los bonos en dólares registraron alzas de hasta 6,4% -tal el caso del AL30-, mientras que las acciones líderes avanzaron 3,3% en promedio. De esta forma, se afirmó la tendencia positiva de los activos financieros, que ya lleva varias semanas. En lo que va de junio, los bonos en dólares registran alzas de hasta 30% y recuperan una parte del desplome que habían registrado en los últimos años.

Los dólares financieros, en tanto, mostraron una leve baja: el MEP cerró en $480 y el contado con liqui, en $513. El «blue«, en tanto, quedó en $493.

Otro dato a tomar en cuenta: el Banco Central recuperó u$s11 millones para las reservas, tras un pago de u$s65 millones de energía. De todas formas, en el balance de junio la cuenta sigue negativa, ahora en u$s534 millones.

El FMI, clave en la agenda inmediata

Tras el encuentro en Economía, el viceministro Gabriel Rubinstein prometió «grandes avances» con el FMI para esta semana.

Efectivamente, este viernes, el Gobierno tendrá que girar a Washington unos u$s2.700 millones correspondientes a un par de vencimientos que cayeron la semana pasada, y que Economía pidió postergar unos días.

La pregunta es si el FMI habilitará nuevos desembolsos en el cortísimo plazo, algo que por ahora estaba en duda ya que el país viene incumpliendo todas las metas firmadas con el organismo en el último acuerdo.

La expectativa es que, ahora, con Massa candidato presidencial, el Fondo flexibilice un poco más su postura y no muestre una conducta férrea, que obligue a medidas que el Gobierno rechaza, como una devaluación abrupta.

Massa va a encarar la negociación con el Fondo Monetario como prioridad. Recién viajará a Washington cuando haya un acuerdo total para que no vuelvan a «correrle el arco».

En el equipo ministerial son optimistas. Creen que el FMI no querrá quedar como el «malo de la película» provocando un agravamiento de la crisis.

Al respecto, en Wall Street suponen que una posibilidad es que el Fondo acepte cerrar este año con las cuentas equilibradas con la Argentina. Es decir, sin obligar al Gobierno a que pague más de u$s3.000 millones netos, tal como está fijado en el último acuerdo.

Al Gobierno le quedará la obligación de conseguir los dólares adicionales, que sirvan para compensar el efecto de la pandemia, en otras fuentes que no sean el Fondo Monetario. Ya sea bloqueando importaciones, habilitando más pagos en yuanes, o acaso consiguiendo una ayuda -por ahora cerrada- de parte de Brasil.

«Vamos a avanzar en todo lo que es la finalización del acuerdo. Y el ministro muy probablemente dará una conferencia cuando se concrete», apuntó el viceministro Rubinstein.

 

Medidas bajo análisis

Juan José Bahillo, secretario de Agricultura y Ganadería, mencionó a la salida de Economía que se podría evaluar una rebaja en el esquema de retenciones. No lo dijo, pero se evalúa hacerlo sobre algunos productos, los más perjudicados por la sequía.

Tampoco se mencionó en público, pero en las últimas jornadas había trascendido que el Gobierno podría elevar impuestos a las importaciones de servicios, que serviría para financiar la rebaja de algunas retenciones y, al mismo tiempo, cumplir con el pedido del Fondo para devaluar.

El Gobierno descarta una devaluación abrupta. Pero a esta altura nadie podría descartar una aceleración del crawling peg, para que la devaluación mensual vaya algo por encima de la inflación mensual.

«Esperamos una reducción de la inflación», mencionó Rubinstein tras el encuentro. Para Economía, el índice de este mes se ubicará por debajo del 7,8% de mayo. No obstante, la clave estará en lo que suceda con los precios de los alimentos, que el mes pasado dio 5,8% gracias a la estabilidad en el precio de la carne.

En este contexto, es probable que el Gobierno avance con la idea de una convocatoria a empresarios de la alimentación (fabricantes y supermercados) y también al sindicalismo, con el objetivo de sellar un acuerdo para sostener la estabilidad macro en un escenario financiero muy complicado. Siempre desafiante.

 

Fuente: iprofesional.com